«De profesión, árbitro». Así se titula la ponencia expuesta por Antonio Miguel Mateu Lahoz en el LII Congreso de la Asociación Española de la Prensa Deportiva (AEPD), celebrado los días 3 y 4 de Marzo en la ciudad alicantina de La Nucia. Nuestro «máximo exponente» estuvo acompañado por su eterno «compañero de batallas», Pau Cebrián Devís.

El árbitro internacional ha afirmado que los colegiados dejarían de ser «independientes» si dependieran directamente de la Liga de Fútbol Profesional (LFP) en vez del Comité Técnico de la RFEF.

«Imposible depender de la Liga porque dejaríamos de ser independientes. Es importante que los árbitros sean independientes. Soy un privilegiado porque somos muy pocos los que ascendemos. Solo somos 20, por lo que es más fácil que haya más árbitros descontentos, más fácil criticar que construir».

Mateu Lahoz afirmó que el fútbol te exige tanto que, para él, es «imposible conciliar» el trabajo de profesor y el arbitraje.

«Yo elegí el fútbol y la familia. Me hubiera gustado ser un futbolista, pero no soy un futbolista frustrado. Yo quería jugar en Segunda B. Pero como árbitro no te planteas llegar a la élite. He sido un privilegiado», aseguró el colegiado valenciano.

Mateu Lahoz y Pau Cebrian

A su juicio, la imagen que proyecta el árbitro español, al que puntuó con una nota de 8 sobre 10, es de «deportistas» y aseguró que la crítica y el error le hace crecer.

«¿Por qué no vais a criticar que nos hemos equivocado en un penalti? Eso nos hace crecer. Yo no soy distinto cuando me visto de corto. Mi vida es diálogo, intento ser como soy«, señaló lamentando que en Inglaterra hay un mayor respeto hacia los árbitros, aunque en Reino Unido «nadie quiere serlo«.

Respecto al uso de la tecnología, dijo que «cualquier ayuda es buena«, caso de los comunicadores, los dos árbitros de fondo de la UEFA y el juez de línea de gol o la tecnología para acabar con los goles ‘fantasma’ de la FIFA. «Siempre va a ser productivo«, subrayó, aunque ve aún «muy difícil» aplicar con éxito el ‘Goal Control’.

Aseguró que el nivel del arbitraje español en la actualidad «es muy bueno«.

«Si no te dedicas las 24 horas al día no puedes ser árbitro. En mi cabeza no existen clubes pequeños y grandes. Respeto y admiro a todos los futbolistas porque a mi me hubiera gustado ser uno de ellos. No miro los uniformes ni como se llaman los jugadores. Trato a todo el mundo por igual», subrayó.

Otro de los aspectos que destacó fue la información que recopilan antes de afrontar un partido.

«Para mi es importante saber cómo ha pasado (por ejemplo) la semana Messi, por si me habla de una forma. O si un jugador ha perdido a un familiar o ha sido padre hace unos días», desveló el internacional.

Mateu Lahoz. Barcelona-Madrid

Sobre ese cliché de ser un árbitro que trata de que el juego apenas se interrumpa, reiteró que no le «sale» pitar esas faltas de control de partido. «El fútbol es un deporte de contacto y ese contacto es legal. Mi objetivo es intentar errar lo menos posible, saber por qué yerro y por qué acierto«, aseguró Lahoz, que disfrutó más con el gol de Fernando Torres que hizo, por vez primera, campeona de Europa a España que con su ascenso como árbitro a la Liga BBVA.

En el tema de la corrupción, manifestó que el arbitraje, como otros gremios, no es ajena a ella, tal y como se ha demostrado «en cuatro o cinco países» de Europa.

«No pongo la mano en el fuego porque ya se sabe de árbitros que se han comprado en otros países. Yo nunca he visto cosas que no me gustan. Que haya visto yo, imposible. Es algo que va a existir como en todas las profesiones».

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